Aprovechando el tiempo en una de las últimas tardes de Octubre, he entrado a una de mis librerías favoritas, Los portadores de sueños, en la calle Blancas, y ha caído en mis manos la novela de Vasili Grossman, Todo fluye, editada por Galaxia Gutemberg y muy recomendada en la edición del diario El Mundo de hoy. Para los que no conozcan a Grossman, decirles que nació en Berdichev, ciudad de la actual Ucrania, en 1905 y que, además de escritor, fue uno de los periodistas que cubrió con sus crónicas la batalla de Stalingrado, al tiempo, que se convirtió en el primero en dar noticia al mundo de la existencia de los campos de exterminio nazis. Escritores como Maximo Gorki alabaron en su día la obra literaria de Grossman. Autor de novelas y relatos, es Vida y destino su obra cumbre y, en cierta manera, la crítica no ha dudado en denominarla "el Guerra y paz de la Segunda Guerra Mundial", cuya publicación sería prohibida por el régimen soviético de Jrushov y le valdría a su autor la condena al ostracismo. Su retrato de la sociedad de la URSS con el trasfondo de la guerra, había puesto en evidencia el desmoronamiento moral e ideológico del comunismo y la fortaleza del alma humana ante el terror. Vasili Grossman sabía que nunca vería publicada su obra maestra -falleció en Moscú el 14 de Septiembre de 1964- y Todo fluye es, como la anterior, una obra conmovedora y valiente sobre un momento despiadado, un retrato de la condición humana en toda su grandeza y su miseria. Ahora nos toca disfrutar de su lectura.
